170 páginas, Perfiles, Planos y Ensayo histórico;
Empaste lomo cuadrado
$ 37.000 pesos chilenos.-
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El período comprendido entre 1921 y 1940, es uno de los más atractivos, desde el punto de vista histórico y aeronáutico. De lo investigado y las múltiples fuentes históricas, crónicas, ensayos, e inclusive Programas de efímeros gobiernos, se logra rescatar una "nueva" historia del Chile de ese período.
Para diluir la suspicacia de lo expresado, lo de "nueva" de la historia, se refiera más a una nueva perspectiva, más realista, en cuanto a los movimientos que se gestaron, sobre todo a partir del despertar de las masas, para otros "el pueblo", que en realidad y con distintos nombres han sido definidos, pero siguen siendo los alienados por el sistema económico.
La aviación militar, gracias a sus visionarios directores, logra sortear uno a uno los obstáculos: políticos, económicos y tecnológicos. Unas veces enfrentándolos, otras participando o gestando las crisis para sobrevivir y luego apartándose del sistema, una vez que logra sentar las bases del profesionalismo que hoy exhibe.
Nombres, muchos; mas destacan desde Pedro Pablo Dartnell hasta Diego Aracena, aquellos que formaron parte activa de los distintos momentos de éste período, que, dicho sea de paso, es arbitrario, más por un tema de ordenamiento editorial, que por hechos específicos.
En todo caso, y mérito de un lector, fue una buena idea y reveló lo práctico de su adopción.
Volviendo al tema de los Nombres, con el respeto a las jerarquías adoptadas por el sistema militar; fueron las tripulaciones; Pilotos, Ingenieros, Tripulantes, Mecánicos, Radiooperadores y un sinnúmero de especialistas de apoyo en tierra o mar; quienes en la realidad forjaron esta Institución. Abrieron rutas desde el lluvioso Puerto Montt hasta el borrascoso Magallanes.
Varios de los que cayeron son recordados hoy con nombres de aeródromos, como el Teniente Vidal (Coyhaique) o el Capitán Fuentes Martínez (Porvenir). También los gestores reciben el reconocimiento como Carlos Ibáñez (Punta Arenas), Arturo Merino (Santiago) o Diego Aracena (Iquique).
Otros son olvidados, como Maramaduke Grove, tanto por los aviadores, como por quienes deben agradecerle la apertura a una nueva y por entonces, prometedora idea, luego contaminada y deformada.
En este marasmo histórico, aparecen personajes que nos son impuestos como demócratas, pero que gustosos apoyaron un golpe de Estado, pero la historia es, o debe ser la visión de todos los hechos y cada protagonista debe responder a sus actos.
A todos, se debe agradecer el tremendo esfuerzo por llevar a la aviación militar al sitial que le correspondía en esta nueva época tecnológica de la defensa.
Primero fue una confusa idea de apoyo o servicio general, luego la del ataque, prosiguiendo con el combate. En la época de los '30, las exploraciones y el establecimiento de rutas destinadas a unir el país por vía aérea; consecuencia de ello el transporte aeromilitar, tímido y un tanto heroico al principio, tardío en su establecimiento como sistema y aún no consolidado en su verdadera expresión, pero que a la postre será el único que continuará dependiendo de esas hábiles mentes y manos dentro de la aeronave, ya que el combate y sus sistemas, tarde o temprano serán sistemas controlados a distancia o desde las plataformas de transporte.
En el umbral de los '40, un moderno sistema de entrenamiento auguraba el inicio de una nueva y mejor sistematización del vector aéreo, mas todavía faltaría mucho para ser una Fuerza que respondiese a las necesidades defensivas, desde el punto de vista aeronaútico.
De todas formas, los 20 años transcurridos entre 1921 y 1940, merecen ser conocidos y valorizados más extensamente, ya que son la base de la actual Fuerza Aérea chilena.
En un nuevo desafío ve la luz este Volumen I, que se ofrece a los lectores de las Ediciones Multimodel, agradeciendo a quienes han contribuido a su realización y a la paciencia de quienes tempranamente participaron en su producción.
De todas formas, los 20 años transcurridos entre 1921 y 1940, merecen ser conocidos y valorizados más extensamente, ya que son la base de la actual Fuerza Aérea chilena.
En un nuevo desafío ve la luz este Volumen I, que se ofrece a los lectores de las Ediciones Multimodel, agradeciendo a quienes han contribuido a su realización y a la paciencia de quienes tempranamente participaron en su producción.
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